Palabra del Señor


Este espacio está destinado al Evangelio de cada Domingo como recuso de la Catequesis de Confirmación.
Nadie ignora que entre todas las Escrituras, incluso del Nuevo Testamento, los Evangelios ocupan, con razón, el lugar preeminente, puesto que son el testimonio principal de la vida y doctrina del Verbo Encarnado, nuestro Salvador. (DV 18)
EVANGELIO DOMINGO 31 DE ENERO 2021
4º domingo de Tiempo Ordinario – ciclo B
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1, 20-28)
Enseñanza de Jesús en la sinagoga de Cafarnaún – Curación de un endemoniado
Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porqué no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que no paraba de gritar, que tenía un mal espíritu, y se puso a gritar ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido acabar con nosotros? Sé quien eres, el Santo de Dios”
Pero Jesús, en lugar de enfadarse con él, lo miró y dijo: «Sal de él». Estaba mandando que lo malo de dentro de ese hombre desapareciera. Y así ocurrió. De golpe se quedó sano. Todos los que lo vieron estaban admirados y se preguntaban ¿Qué es esto?. Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les mandan y le obedecen”. Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca de Galilea.
Reflexión
Llama la atención la autoridad de Jesús, no es su fama, su dinero lo que le da autoridad es su forma de vivir lo que llama su atención. ¿Qué llama mi atención de la forma de vivir de Jesús? ¿Qué autoridad tiene para mí? La mayoría de la gente no reconoce a Jesús, lo consideran un simple carpintero incomodo, ¿Cómo nombro yo a Jesús? ¿Quién es Él para mí?
Hay veces que yo también oigo en mi interior tendencias que me quitan libertad, como el egoísmo, la ambición, dependencias. Pido a Jesús que también a mí me libere.
Vamos a pensar en algo que nos enfade, algo que nos ponga de mal humor. Vamos a pensar también en la última vez que nos hemos enfadado mucho con nuestros padres, hermanos, algún amigo. ¿Qué hago cuando estoy furioso? ¿Lloro sin parar? o quizás grito, o ¿me voy a mi cuarto dando portazos?
Jesús no se enfada, aunque le griten o le digan que le dejen en paz, no se enfada, ayuda a ese hombre a calmarse y buscar una manera de encontrar la solución a su problema.
Seguro que tienes un amigo, que siempre te tranquiliza cuando estás enfadado, que te ayuda a calmarte, que te ayuda a ver tu enfado de otra manera. Tú también puedes ayudar a otros a calmarse, puedes darles la mano a tus amigos y decirles que vas a ayudarles, puedes sacar todo lo bueno que tus amigos tienen en el corazón.
A lo mejor has oído la palabra alabar, alabar es expresar que uno está contento, es mostrar alegría y ganas de compartir todas esas cosas buenas.