UNIDAD 1: BUSCAMOS LA FELICIDAD
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Reconocer el deseo de plenitud que tiene la persona.
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Comparar razonadamente distintas respuestas frente a la finitud del ser humano.
La vida del ser humano es una búsqueda de la felicidad
Desde la pregunta por el sentido de la vida y la apertura a la trascendencia, todos los seres humanos buscamos la felicidad. En la definición de esta, debemos reflexionar sobre qué es para nosotros una vida lograda. Las religiones ofrecen sus propuestas de felicidad. Para el cristianismo, la felicidad se encuentra en el seguimiento de Jesús en la comunidad de la Iglesia, construyendo el reino de Dios desde el horizonte de las bienaventuranzas.
El enigma de las manos
En la Patagonia argentina se encuentra en la cueva de las Manos, considerada por la Unesco como un conjunto pictórico único en el mundo por la belleza y la antigüedad de sus pinturas. Aparecen escenas de caza, negativos de mano, motivos de animales y figuras abstractas. Fueron descubiertas en 1876. Se estima que tienen más de 9300 años. De las 829 manos pintadas, la mayoría fueron trazadas en negativo.
La «espiritualidad» de los elefantes
Las pinturas rupestres de carácter simbólico, el comportamiento ético, el lamento por la finitud de la vida y la celebración de rituales funerarios son expresión de la dimensión espiritual presente en todas las épocas y culturas. Así, por ejemplo, se sabe que el homo neanderthalensis creó pinturas rupestres y desarrolló ritos funerarios. También se han observado ritos funerarios en algunos animales. Los elefantes se reunían en torno al cadáver y emiten barritos de duelo. Al cabo de unas horas se alejan todos menos los familiares más cercanos.
Actividad.
Contesta y agrega en tu portafolio.
1. Escribe preguntas que crees que se plantean los seres humanos que hicieron esas representaciones.
2. ¿Cuál es crees que son los principales preocupaciones del ser humano? Nombra tres.
3. ¿Qué piensas cuando conoces que hace miles de años los seres humanos se preocupaban y preguntaban por las cosas que ahora también nos inquietan?
1. Admiramos las estrellas
Desde la antigüedad, los seres humanos a mirar el cielo buscando respuestas.
En la antigüedad algunos creían que asteroides y eclipses presagiaba en el nacimiento o la muerte de una gran figura histórica o anunciaban hambrunas y epidemias. Que esa creencia la mantuvieron caldeos, babilonios, griegos, egipcios o chinos. En las fuentes clásicas y en las leyendas de sus respectivas culturas, por ejemplo, siempre se narra que se alcanzó a ver algún meteorito o estrella que ilumina la oscuridad y señaló el lugar de nacimiento de un personaje importante de su tradición.
¿Te gusta mirar las estrellas? ¿Alguna vez has visto una estrella fugaz? ¿Has mirado por un telescopio las estrellas?
El humano, un animal que admirar las estrellas.
Desde la antigüedad, el ser humano experimentado asombro y admiración frente a la contemplación del cielo, de las estrellas, de la naturaleza y del misterio que hay dentro de cada una de las personas. La admiración que el ser humano experimenta provoca que se haga preguntas y experimenta el deseo de conocer, pues se hace consciente de su ignorancia. Por ejemplo, desconocemos con exactitud el origen del universo y por ello nos preguntamos por él.
El ser humano tiene capacidades que lo configuran como un ser excelente y diferente del resto de los seres vivos. Capacidades propias del ser humano son:
- El lenguaje. La capacidad de expresar lo que piensa, así como la de ser reflexivo y comunicarse con otros.
- La libertad. La capacidad de tomar decisiones según criterios propios superando la reacción inmediata de los instintos.
- La compasión. La capacidad de empatizar con la vivencia de otros y obrar en consecuencia para aliviar su sufrimiento o dolor.
El ser humano, un ser finito que se hace preguntas
aLa vida del ser humano está limitada en el tiempo, transcurre entre el nacimiento y la muerte: somos seres finitos. Además de nuestro límite temporal, somos también conscientes de nuestras limitaciones físicas: no podemos librarnos de las enfermedades, no podemos nadar como los peces o volar como los pájaros. Estas limitaciones nos hacen sentirnos frágiles e indefensos.
A pesar de ser finitos, todo ser humano tiene deseos de superar sus límites y comprender la razones últimas de su existencia: ¿por qué he nacido?, ¿quién soy yo?, ¿qué hay más allá de la muerte?, ¿por qué deseo volar, o navegar bajo el agua?
La apertura a la trascendencia o dimensión espiritual
Consciente de sus límites temporales y de su realidad, el ser humano tiene una gran capacidad de admiración que le impulsa siempre hacían nuevas metas y preguntas.
La apertura a la trascendencia es la capacidad que tiene el individuo de ir más allá de la realidad inmediata que percibe con los sentidos, y de hacerse preguntas. Cuando la persona se abre a la trascendencia, se da cuenta de que hay muchas realidades que señalar otras infinitas. Se hace posible la pregunta por algo más grande, más definitivo.
La apertura a la trascendencia está estrechamente relacionada con las experiencias espiritual y religiosa, que nos conectan con las preguntas por la vida después de la muerte, por el sentido de nuestra vida o por cómo ser felices.
Cinco curiosidades sobre las estrellas
¿Qué es la felicidad?
Decía Aristóteles, que «todos los hombres aspiran a la felicidad». Toda persona anhela encontrar eso que llamamos felicidad la gran dificultad está en definir qué es la felicidad y cómo alcanzarla, para esto no hay respuestas únicas.
Una de las primeras cuestiones que nos planteamos en torno a la felicidad es si está es consecuencia del esfuerzo personal, o algo que se recibe.
La felicidad posee de ambas cosas. Tanto es consecuencia del esfuerzo como es algo que se recibe.
Por un lado, es el resultado del esfuerzo y de la voluntad personal por conseguir objetivos.
Por otro lado, en ocasiones la felicidad llega con independencia de los esfuerzos que realizamos
Ser feliz
El ser humano
desea
la felicidad
Otro aspecto relacionado con la felicidad es si es puntual o permanente, Aristóteles decía que un día feliz no hace que podamos llamar a Feliz a un hombre.
Por ello la felicidad no es solo un estado emocional, un placer puntual, una habilidad que se tiene. No está ligada a un solo momento de nuestra vida, es algo que afecta a su totalidad, a la persona entera.
Ser feliz
¿Se puede ser
feliz siempre?
Si entendemos la felicidad como estado emocional de satisfacción y alegría, la felicidad no es duradera. Sin embargo, si la felicidad entendemos como el tener un para qué vivir, es decir un proyecto de vida fructífera y plena, podremos disfrutar de la felicidad de manera estable aunque tengamos circunstancias difíciles.
Muchas «felicidades»
La gran dificultad para entender qué es la felicidad está en que ésta se interpreta de maneras muy diferentes. Se podría decir que hay muchas felicidades porque hay casi tantas definiciones de felicidad como personas.
Sócrates
Para el padre de la filosofía, el griego Sócrates, el secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más cosas, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar con menos. Si se reducen las necesidades, el ser humano puede aprender a valorar más las cosas sencillas.
Epicuro
Para otros filósofos, los llamados hedonistas, la felicidad está en buscar el placer y evitar el dolor. Epicuro, representante de esta corriente de pensamiento como lo expresaba diciendo «busca el placer que no venga seguido en ningún dolor».
Stuart Mill
En el mismo sentido se encuentra el pensamiento utilitarista, que se dió en el siglo XIX como el de Stuart Mill, que consideraba la felicidad como la búsqueda del placer y la huida del dolor.
Kant
Otra idea de felicidad de la de Kant (filósofo alemán del siglo XVIII) para el que la felicidad «más que un deseo, alegría o elección, es un deber». La felicidad es uno de tantos deberes del ser humano, un deber último y supremo que nos obliga a ser dignos de merecerla.
Ortega y Gasset
Para el filósofo español del siglo XX, Ortega y Gasset, la felicidad consiste en encontrar algo que nos satisfaga completamente, es dedicar la vida aquello para lo que cada ser humano tiene especial vocación.
La religiones y la felicidad
También la religiones han hecho su aportación a la idea de la felicidad.
El budismo
La felicidad es algo que cada uno alcanza en su interior, superando su ego y eliminando de su vida las palabras «quiero» y «deseo» puesto que al no conseguir lo que se quiere o se desea, se genera infelicidad en el ser humano.
El hinduismo
Para el hinduismo la felicidad es un estado permanente de iluminación interior que se alcanza por la unión del alma humana con la divinidad.
El cristianismo
La felicidad se encuentra en el seguimiento de Jesús, en la comunidad de la iglesia, que se concreta en la relación con dios padre y el servicio a los demás.
ABIERTOS A LA TRASCENDENCIA
El ser humano, a diferencia de los animales, sabe que es finito, que tiene límites, que es mortal. A pesar de ello, quiere sobrepasar esos límites. Esa ansia de superarse así mismo y el entorno que le rodea le lleva
a la apertura a la trascendencia.
Vivir significa buscar. Por ello, todo en la vida humana está en función de los siguientes procesos y búsquedas: necesidad-tener, buscar-encontrar, desear-satisfacer. Estas búsquedas nos ayudan a comprender
lo que es relativo o absoluto. Cuando nos preguntamos y obtenemos respuestas, el ser humano va más allá y eso le ayuda a relativizar las cosas pequeñas de cada día y encontrar respuestas más satisfactorios para nuestra
vida.
En definitiva, el ser humano es un ser que busca la felicidad plena, tiene deseos de infinitud y busca a Dios. Eso hace de él un ser trascendente, abierto al infinito, preocupado por el más allá y por la vida después de la muerte.
La experiencia de apertura a la trascendencia se produce de diferentes maneras:
La apertura a la trascendencia como apertura de la persona a la realidad (yo, los otros, el mundo). La realidad que nos rodea nos invita a abrirnos a múltiples posibilidades y a realizarnos como personas. Por ejemplo, una flor puede ser un objeto de estudio para un biólogo, un motivo inspiración era un pintor, un símbolo de amor cuando se regala alguien, o no objeto de decoración. La realidad dota de sentido a nuestra vida si nos acercamos a ellos con un espíritu abierto. La naturaleza y el cosmos, nuestro cuerpo y sus emociones, o los acontecimientos (políticos, sociales, económicos, etc.) Nos permiten abrirnos a la trascendencia y posibilitan experiencias de sentido.